La repatriación de datos, también conocida como repatriación desde la nube o hibridación del almacenamiento en la nube, es el proceso de mover todos los datos desde la nube hasta un sistema de almacenamiento de datos local (on-premises) o de combinar el almacenamiento de datos local y en la nube.
La repatriación de datos es cada vez más habitual a medida que las empresas se van dando cuenta de que es muy caro mantener un volumen de datos cada vez mayor almacenado en la nube.
Si bien los beneficios de la nube pública están claros e incluyen la eficiencia, la escalabilidad y la capacidad para consolidar funciones con menos equipamiento, mantener los datos en la nube pública también conlleva algunos riesgos y costes. Debido a ello, muchas organizaciones están sacando sus datos de la nube y devolviéndolos a sus sistemas locales.
Ventajas de la repatriación de datos
El hecho de devolver los datos a los sistemas locales a través de un proceso de repatriación tiene varias ventajas:
Menos costes
El coste es la principal ventaja de la repatriación de datos. Tener y mantener un centro de datos local conlleva sus propios gastos y, en teoría, la nube puede ayudar a evitar esos costes. Sin embargo, la realidad es que una vez que los datos están en una nube pública, los costes pueden empezar a aumentar rápidamente como la factura de un restaurante o la cuenta de un bar. Debido a ello, los costes de uso de la nube pública pueden acabar siendo mucho más altos que los que genera el mantenimiento de un centro de datos propio.
Al final, la cantidad de dinero que las empresas pueden ahorrar si sacan sus datos de la nube pública puede ser considerable. ¿Por qué? Porque, si bien Amazon y la mayoría de los otros proveedores de servicios de nube pública por lo general no cobran nada por cargar los datos en su servicio, sí que lo hacen por la capacidad y por las transferencias de datos. Las transferencias de datos externas, en concreto, pueden ser extremadamente caras, dependiendo del número de cargas de trabajo que ejecute y de cuál sea su intensidad de uso de los datos más allá de su simple almacenamiento.
Con cualquier servicio de nube, cuanto más lo use, más le costará. Estos costes pueden incluir:
- Volumen de almacenamiento
- Instancias de servidor
- Servicio por uso
También puede haber numerosos costes “ocultos” que tal vez no se esperaba cuando desplegó su carga de trabajo en la nube pública.
Más seguridad
Se ha formado todo un sector en torno a la seguridad en la nube y por un buen motivo. Muchas empresas, si no todas, expresan cierto grado de preocupación por lo que les ocurre a sus datos y por lo seguros que están en cuanto los ponen en la nube.
El problema no es que la nube sea intrínsecamente insegura o esté desprotegida. La cuestión es que, para que cualquier despliegue en la nube esté (y se mantenga) bien protegido frente a las vulneraciones de datos y los ciberataques, hay una serie de cosas relacionadas con las políticas de seguridad, las configuraciones de la arquitectura, el cumplimiento normativo, la ubicación de los datos y otros factores que tienen que ser correctas (o que pueden fallar).
La repatriación de los datos significa que automáticamente consigue un nuevo nivel de proximidad con los datos y de control físico de los mismos. Es un poco como poner el dinero en una caja fuerte en casa en lugar de tenerlo en una caja de seguridad en el banco. El banco es seguro, pero ¿qué ocurre si sufre un robo o si se declara insolvente? En este sentido, su dinero estará un poco más seguro si lo guarda en casa.