Una política de prevención de pérdida de datos (DLP, Data Loss Prevention) es un conjunto de pautas y procedimientos diseñados para proteger los datos confidenciales para que no se accedan, usen o compartan de manera inapropiada. El objetivo principal de una política de DLP es evitar el acceso no autorizado y garantizar la seguridad de los datos mediante la identificación, el monitoreo y la protección de los datos, ya sea en reposo, en movimiento o en uso.
Un plan de prevención de pérdida de datos es esencial desde el punto de vista operativo, pero también tiene ramificaciones significativas con respecto al cumplimiento legal, los acuerdos comerciales y la reputación de la organización.
El manejo inadecuado de los datos puede dar lugar a sanciones financieras, pérdida de ingresos, daño a la reputación y acciones legales. Esto es importante para prácticamente cualquier organización, pero los riesgos pueden ser especialmente altos para las industrias reguladas, como la atención de la salud y los servicios financieros. Las regulaciones como HIPAA, GLBA, CCPA y GDPR son evidencia de la creciente preocupación sobre los riesgos de seguridad y privacidad de datos que las políticas de DLP están diseñadas para mitigar.
¿Por qué es importante una política de prevención de pérdida de datos?
Las filtraciones de datos son una ocurrencia muy común en el mundo altamente conectado actual. Habitualmente, los hackers roban listas de clientes, registros de personal y otra información confidencial y la usan para beneficio personal. Asimismo, los empleados internos suelen ser los autores del robo de datos porque tienen un acceso relativamente fácil y una expectativa razonable de que no serán atrapados.
Sin embargo, independientemente de cómo suceda, una filtración de datos puede dar lugar a medidas regulatorias (incluidas multas y sanciones), mala publicidad y pérdida de ingresos. En algunos casos, los reguladores pueden sancionar a las organizaciones simplemente con la premisa de que los datos estaban en riesgo. En otras palabras, incluso si no se produjo una filtración de datos, puede haber ramificaciones significativas. En virtud de la HIPAA, por ejemplo, el gobierno federal ha sancionado a varias organizaciones simplemente por no tomar las medidas adecuadas para proteger los datos de los pacientes.
Una política de prevención de pérdida de datos, en esencia, aplica los mismos estándares estrictos a los datos que su organización recopila, almacena y procesa. Un buen DLP es como una póliza de seguro. Ayuda a protegerlo del daño que puede causar una filtración de datos o un acceso no autorizado similar.
Componentes clave de una política de prevención de pérdida de datos
Para proteger completamente su organización, necesita una política integral de prevención de pérdida de datos que incorpore los siguientes elementos clave:
La clasificación y catalogación de datos implica categorizar varios conjuntos de datos en función de su sensibilidad e importancia, y luego mantener un registro preciso de lo que tiene. La clasificación ayuda a priorizar los esfuerzos de protección y garantiza que los datos más críticos reciban el más alto nivel de seguridad. Las categorías generalmente incluyen datos públicos, internos, confidenciales y altamente confidenciales, con medidas específicas de manejo y protección adaptadas a cada clasificación. Para una entidad cubierta sujeta a la HIPAA, por ejemplo, la “información de salud protegida” (PHI) de un paciente se considera altamente confidencial, por lo que existen pautas estrictas para acceder, almacenar, compartir o transmitirla. La mayoría de las empresas considerarían que las listas de clientes son internas o confidenciales porque los competidores podrían utilizarlas para cazar furtivamente a los clientes. Es importante monitorear y mantener su catálogo de activos de datos. Por ejemplo, al mantener una vista global de las snapshots de datos que tiene, dónde residen y si cumplen o no, el catálogo de snapshots de Pure1® puede ayudarlo a seguir cumpliendo.
Los controles de acceso garantizan que solo el personal autorizado tenga acceso a datos confidenciales. Los controles de acceso basados en roles (RBAC) y el principio de menor privilegio (PoLP) ayudan a minimizar el riesgo de que partes no autorizadas puedan acceder a la información. Las auditorías de rutina, el monitoreo continuo y las revisiones periódicas de los permisos de acceso también son importantes, especialmente a medida que los empleados cambian de roles o abandonan la organización. La autenticación multifactor (MFA) agrega una capa adicional de seguridad al requerir varias formas de verificación antes de otorgar acceso a información confidencial.
La encriptación protege los datos tanto en reposo (es decir, donde se almacenan) como en tránsito (es decir, cuando se transfieren o transmiten interna o externamente). Al encriptar los datos, las organizaciones pueden asegurarse de que, incluso si una parte no autorizada accede a los datos, estos serán ilegibles. La encriptación debe aplicarse a archivos sensibles, correos electrónicos y cualquier otro dato que se almacene o transmita. En muchos casos, las regulaciones exigen que los datos se encripten utilizando protocolos estándar de la industria. Pure Storage ® FlashArray por ejemplo, asegura los datos inactivos mediante el cifrado AES de 256 bits. Cuenta con certificación FIPS 140-2, cumple con NIST, está validado por NIAP/Criterios comunes y cumple con PCI-DSS.
Los programas de capacitación y concientización de los empleados son fundamentales porque abordan uno de los puntos más débiles en la pared de seguridad que rodea los datos confidenciales. Los empleados suelen ser la primera línea de defensa contra las filtraciones de datos, y sus acciones pueden afectar significativamente la seguridad de los datos. Las sesiones de capacitación periódicas deben educar a los empleados sobre la importancia de la protección de datos, cómo reconocer y responder a posibles amenazas de seguridad, y las políticas y los procedimientos específicos que deben seguir. Los empleados deben comprender los riesgos asociados con los correos electrónicos sospechosos y cómo los hackers usan técnicas de ingeniería social para obtener acceso.
Juntos, estos elementos forman una sólida política de DLP que no solo protege los datos de pérdidas y accesos no autorizados, sino que también garantiza el cumplimiento de las regulaciones relevantes y los estándares de la industria. Actualizar y auditar regularmente la política de DLP para abordar nuevas amenazas y avances tecnológicos es esencial para mantener una protección de datos eficaz en un panorama digital en constante evolución.
Cómo implementar una política de prevención de pérdida de datos
Comience a desarrollar su política de DLP realizando una evaluación de riesgos. Identifique las diversas categorías de datos que tiene su organización, las posibles amenazas y la probabilidad y el impacto de diversos riesgos, como el acceso no autorizado, las filtraciones de datos y la pérdida accidental de datos. Evalúe sus medidas de seguridad actuales e identifique cualquier brecha o vulnerabilidad que deba abordarse.
A continuación, seleccione las tecnologías adecuadas que se alineen con sus riesgos y requisitos de protección de datos. Insista en productos que aborden las normas integrales de cumplimiento de prevención de pérdida de datos. Elija tecnologías que se integren fácilmente con sus sistemas existentes y ofrezcan protección integral para datos inactivos, en movimiento y en uso.
Desarrolle políticas y procedimientos basados en su evaluación de riesgos y las tecnologías que seleccionó para proteger sus datos. Defina claramente cómo se clasificarán, manejarán y protegerán los datos. Establezca políticas de control de acceso que especifiquen quién puede acceder a diferentes tipos de datos y en qué condiciones. Incluya pautas para el cifrado, la transferencia de datos y el almacenamiento de datos para garantizar prácticas de seguridad consistentes. También debe especificar estándares y pautas para auditorías, monitoreo y revisiones periódicas de controles de acceso.
Capacite a sus empleados sobre las nuevas políticas y procedimientos de DLP. Actualice esta información de forma rutinaria con sesiones de capacitación periódicas para asegurarse de que todos los miembros del personal comprendan la importancia de la protección de datos y sepan cómo seguir las pautas establecidas. Enfatice el rol de cada empleado en el mantenimiento de la seguridad de los datos y proporcione ejemplos prácticos de cómo manejar los datos de manera segura.
Una vez que haya implementado un plan de DLP formal, revíselo regularmente. Integre su política de prevención de pérdida de datos con su respuesta a incidentes más amplia y la planificación de recuperación ante desastres/continuidad del negocio.
Su plan de prevención de pérdida de datos es muy similar a una póliza de seguro, ya que protege a su empresa contra la divulgación de información confidencial que podría tener graves consecuencias financieras, legales y de reputación. Una política de DLP bien implementada no solo protege los activos de datos de su organización, sino que también establece un estándar para la confianza pública, la continuidad operativa y el cumplimiento legal en un mundo cada vez más interconectado.
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